Aprobada la ley de Restauración de la Naturaleza de la UE 

En un hito significativo para la legislación ambiental. El Consejo de Medio Ambiente de la Unión Europea ha adoptado oficialmente, a mediados de junio,  la Ley de Restauración de la Naturaleza (LRN). Esta decisión histórica ha vivido un complicado recorrido legislativo y representa una gran victoria para la conservación de la naturaleza, la acción climática y el Pacto Verde Europeo.

La Ley de Restauración de la Naturaleza de la UE está destinada a restaurar ecosistemas degradados en toda Europa. Sin embargo, su adopción no fue fácil. Después de sobrevivir a una vigorosa campaña de desinformación destinada a desbaratarla en el Parlamento Europeo, la ley enfrentó el riesgo de ser rechazada en las discusiones finales. No obstante, una mayoría de 20 países, que representan el 66,07% de la población de la UE, respaldaron la ley. La ministra de Medio Ambiente de Austria, Leonore Gewessler, jugó un papel crucial en este resultado al cambiar la postura de su país en el último minuto, asegurando la aprobación de la ley.

La Ley de Restauración de la Naturaleza de la UE, establece objetivos ambiciosos para restaurar ecosistemas degradados en toda Europa. Para 2030, los estados miembros deben restaurar al menos el 20% de sus áreas terrestres y marinas, con hitos adicionales extendiéndose a 2040 y 2050. La ley abarca una amplia gama de ecosistemas, incluidos los costeros, de agua dulce, forestales, agrícolas, urbanos, humedales, pastizales, ríos y lagos. Los objetivos específicos incluyen revertir la disminución de las poblaciones de polinizadores y plantar tres mil millones de árboles adicionales para 2030.

Los estados miembros deben presentar planes nacionales de restauración a la Comisión Europea, que revisará su aplicación para 2033. Esto asegura la responsabilidad y el progreso hacia los objetivos de la ley, reforzando el compromiso de la UE con la biodiversidad y la acción climática.

El recorrido de la Ley de Restauración de la Naturaleza de la UE hasta su adopción fue respaldado por un enorme apoyo público y científico. Más de un millón de ciudadanos firmaron peticiones y enviaron mensajes a favor de la ley. Además, más de 6000 científicos, más de 100 empresas, organizaciones juveniles y diversos grupos de la sociedad civil abogaron por su aprobación, demostrando un amplio respaldo en numerosos sectores.

A pesar de su adopción, la LRN plantea varias preguntas críticas sobre financiación, equidad e impacto social. Garantizar una transición justa es fundamental para evitar la exacerbación de las divisiones urbano-rurales y apoyar a las comunidades locales, especialmente a los agricultores y propietarios de tierras, que pueden enfrentar cambios significativos. Las soluciones potenciales incluyen aprovechar el presupuesto de la Política Agrícola Común (PAC), introducir créditos de biodiversidad y explorar mercados voluntarios de biodiversidad.

Dentro del Green Deal, la Ley de Restauración de la Naturaleza es una piedra angular, una estrategia integral para hacer que Europa sea climáticamente neutra para 2050. Los objetivos clave del Pacto Verde incluyen reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% para 2030, promover las energías renovables, mejorar la eficiencia energética, desarrollar una economía circular y proteger la biodiversidad.

La adopción de la ley posiciona a la UE como líder en los esfuerzos globales por el clima y la biodiversidad. Establece un precedente positivo antes de la Conferencia de Biodiversidad de la ONU (CBD COP16), reforzando el compromiso de Europa con sus responsabilidades globales.

La ley tendrá repercusiones importantes en materia de conservación de la biodiversidad y como   destaca la Comisión Europea, más de la mitad del PIB global depende de la naturaleza y sus servicios, apoyando crucialmente a industrias como la construcción, la agricultura, la producción de alimentos y la atención sanitaria.

Además, más del 75% de los cultivos alimentarios mundiales dependen de los polinizadores, subrayando el papel crítico que juega la biodiversidad en la seguridad alimentaria. Sin embargo, nuestros sistemas alimentarios globales actuales contribuyen significativamente a la degradación ambiental, con la agricultura responsable de hasta el 80% de la deforestación y el 70% del uso de agua dulce, impulsando la pérdida de biodiversidad terrestre. Abordar estos desafíos no solo es esencial para la sostenibilidad ambiental, sino también para la resiliencia económica.

La reciente adopción de la Ley de Restauración de la Naturaleza por parte de la UE subraya esta perspectiva, enmarcando la recuperación de la naturaleza como una inversión en un futuro más productivo alineado con los objetivos climáticos y de biodiversidad. Los estudios indican que cada euro invertido en esfuerzos de restauración genera un retorno sustancial de al menos ocho euros en beneficios ambientales y económicos, destacando el valor estratégico de la conservación de la biodiversidad para la prosperidad a largo plazo.