La nueva ola de sindicalización en EEUU llega a Starbucks
Entre el film de Elia Kazan “On The Waterfront “ (La Ley del Silencio) de 1954, con un joven Marlon Brandon y las películas de abogados como las de Suits en Netflix, hasta 2019, muchos kilómetros de cinta se han filmado sobre leyes, su interpretación y aplicación en EEUU.
Podría el comentario venir al caso, situado en el contexto del foodservice y las relaciones empleador/empleado , para el interesante litigio que, actualmente, tiene a Starbucks y miembros de su Workers United en la arena judicial, a raíz del caso de ”los 7 de Menphis”.
El tema se refiere a la decisión de despedir a siete empleados, de uno de los locales de dicha ciudad por, según fuentes de la compañía, dedicarse al apostolado sindicalista y recibir a medios de TV en el establecimiento, para fines informativos de dicha actividad.
La decisión fue llevada por los afectados a la NLRB (Junta Nacional de Relaciones Laborales) una de las agencias gubernamentales que como las que reúne el famoso “Alphabet Soup Agencies” fueron creadas por F.D.Rooselvet durante el New Deal para proteger, entre otros, derechos laborales.
Analizado el caso por la NLRB, ésta aplicó la normativa conocida como 10j que le permitía fallar a favor de los empleados y ordenar a Starbucks la readmisión de los despedidos, mientras analizaba con detalle la causa ; cosa que la compañía hizo pero inmediatamente impugnó el acto, en un tribunal de apelaciones que no le dio la razón, por considerar que el procedimiento llevado a cabo, era justo y apropiado.
Tampoco aprobó esta decisión Starbucks que presentó el tema ante la Corte Suprema, donde el caso se encuentra pendiente de decisión, mientras se ha levantado una polvareda concurrencial sobre cómo tribunales inferiores interpretan normativas con más o menos rigor, al considerar que la NLRB adoptó una postura meliflua, basada en tan sólo dos criterios que justificaran el éxito de la decisión, cuando los opositores a ella reclaman que fueran el doble: o sea cuatro.
Disputa que sucede en momentos donde, el sindicalismo en las empresas norteamericanas, vuelve por sus fueros y ha llevado a algunas a discriminar entre empleados que quieren sindicalizarse y los que no.
Por eso, la decisión de la Corte Suprema puede debilitar a la NLRB, en cuanto a su actual práctica de aplicar medidas cautelares, si falla a favor de Starbucks o crear un precedente de mayor defensa de los intereses de los trabajadores, si lo hace en contra.
La pelota está en el tejado, por lo menos hasta el verano, ya que hasta junio o julio no habrá sentencia. Pero, como en EEUU también creen en aquel proverbio de “tengas pleitos y los ganes” (que para ellos sería “lawsuits you have an win them”) ambas partes viene manteniendo conversaciones, en pos de entenderse.
Y parece que así ha sido. Porque, fuentes de la compañía han informado que, en una reunión celebrada en Atlanta a finales de abril, las posiciones encontradas van camino de suavizarse, tal como se desprende del comunicado emitido y que reza así:
“Starbucks y Workers United siguen comprometidos en construir una relación positiva y productiva. Esta semana hemos llevado a cabo negociaciones contractuales durante una sesión de dos días en Atlanta, Georgia. Logramos avances significativos. A lo largo de los dos días, discutimos una amplia gama de temas, incluido un compromiso compartido con el respeto mutuo, el proceso para resolver quejas y detalles relacionados con la representación de los socios del sindicato, mientras ambas partes trabajan en el marco fundacional que contribuirá a las negociaciones y ratificación de contratos en cada local (single-store contract).”
“Hay más por hacer, pero estamos comprometidos a trabajar juntos. Como siguiente paso, nos reuniremos nuevamente a finales de mayo para continuar trabajando en el marco que será la base de cada single-store contract”.