El Gobierno escocés podría lanzar una red pública de restaurantes
En un informe publicado recientemente, Nourish Scotland, que se ocupa en Escocia de mejorar la alimentación de sus habitantes, aboga por que los gobiernos del Reino Unido establezcan una red de restaurantes asequibles que sirvan comidas saludables y sabrosas al público en general. No se trata de una organización benéfica, sino que forman parte de la infraestructura pública como los autobuses, las bibliotecas, los parques o los museos, convirtiéndose en «una inversión en el bienestar y prosperidad para la sociedad», según el citado informe.
Los restaurantes públicos se distinguen de los restaurantes privados en varios aspectos. Desde el punto de vista financiero, están respaldados por la autoridad gubernamental, que puede ir desde subvenciones de capital o para la puesta en marcha, hasta subvenciones periódicas, pasando por el apoyo a los servicios y la cadena de suministro.
Este escenario, en teoría, los hace económicamente viables, asequibles y más resistentes a las presiones económicas. También están diseñados para todos, no solo para aquellos que luchan por llegar a fin de mes, en lugar de estar dirigidos a un grupo demográfico particular de clientes como muchos restaurantes privados.
Son lugares donde los clientes también pueden influir en el funcionamiento del restaurante; haciendo que los menús puedan ser más «respetuosos con el clima» y donde «el abastecimiento, al menos en parte, apoya a los productores locales y sostenibles».
Nourish Scotland los describe como lugares para comer todos los días, al tiempo que ofrece algunos ejemplos específicos propios: «Los comedores públicos son un lugar para comer después de un turno de 10 horas. Un lugar para comer cuando te has quedado sin ideas sobre qué cocinar esta noche. Un lugar para ir a comer entre clases».
Este tipo de iniciativa no es nueva. Durante la Segunda Guerra Mundial, el gobierno del Reino Unido estableció una cadena subsidiada de restaurantes británicos que servían comidas nutritivas y a precios limitados a casi todos los grupos demográficos del país.
Aunque se establecieron como un esfuerzo en tiempos de guerra, algunos permanecieron como restaurantes cívicos hasta la década de 1970 «porque fortalecieron los vecindarios en todos los frentes», según el informe.
Entonces, ¿por qué podrían regresar? Porque, dice Nourish Scotland, existe un reconocimiento generalizado de que el sistema alimentario necesita cambiar para abordar tres problemas fundamentales: «Las dietas deficientes conducen y exacerban los malos resultados de salud, los niveles de problemas de inseguridad alimentaria persisten y nuestras elecciones alimentarias contribuyen a la crisis climática».
Aunque la organización benéfica sugiere que se ha prestado mucha atención a la transición agrícola, la nueva infraestructura estatal en el otro extremo de la cadena de suministro podría ayudar a los ciudadanos a comer bien. Los comedores públicos también ofrecen «un entorno de formación perfecto para la futura generación de cocineros y chefs».
¿Cómo reaccionaría el sector privado de restaurantes? Los restaurantes y las empresas de catering se enfrentan a una problemática ya conocida, que va desde el alto coste de los ingredientes y la energía hasta las dificultades para contratar y retener a los chefs y camareros (por no mencionar la reducción de las emisiones de GEI, la gestión de las declaraciones ecológicas y la garantía de un salario justo).
Nourish Scotland argumenta que su proyecto no compite con la restauración privada existente, ya que los comedores públicos «no son un lugar que visitarías por placer», por lo que de esta manera podrían resultar una alternativa complementaria al panorama de comer fuera de casa.