Tema propinas en Italia: si pero no

La idea de introducir propinas obligatorias en los restaurantes ha provocado un acalorado debate, reuniendo poco consenso entre profesionales y clientes. Si, por un lado, el objetivo es aumentar la remuneración de los camareros, por otro lado, existe el riesgo de descargar un problema estructural (todavía) sobre los consumidores.

El debate se centra en la importancia de mantener la «propina» como un gesto gratuito y opcional, una forma de recompensar voluntariamente, la calidad del servicio, y en el uso de herramientas digitales que hagan que este gesto sea más simple y transparente, también gracias a un régimen fiscal simplificado

La idea de hacer que las propinas sean obligatorias en los restaurantes ha creado polémica. Un restaurador boloñés intentó la aplicarla, pero la iniciativa no encontró el apoyo de operadores y clientes. La FIPE (Federación Italiana deEstablecimientos Públicos) tomó partido de inmediato, afirmando que las propinas deben seguir siendo una herramienta gratuita, la mejor manera para que los clientes «recompensen el compromiso y la pasión» del personal.

 El problema no es la punta en sí, sino su gestión. Muchos no tienen efectivo y por esta razón también se está fomentando el pago digital por propinas, gracias a un régimen fiscal preferencial del 5%. Muchos se oponen a la propina obligatoria, considerándola «una descarga más de un problema estructural para el consumidor», que ya paga la tasa de cobertura en Italia, que ya cubre parcialmente esta carga.

 La solución no es imponer, sino potenciar la libertad del cliente. En este sentido, los sistemas de pago avanzados como los de Qodeup pueden estimular las propinas, vinculándolas a la calidad del servicio. Los números lo demuestran: en algunos lugares, las propinas pueden aumentar el salario mensual del personal de sala  en un 50%. Un incentivo transparente y meritocrático que premia la excelencia sin forzar la mano de los clientes.