El hot dog quiere seguir el camino del Burger premium en el Reino Unido.

Así se desprende de la ola de novedades que este producto, ”famoso siempre que se come de pie” registra en el mercado británico, donde chefs celebrities quieren ponerlo en las mesas de los restaurantes.

Se espera con interés la apertura y respuesta del público al local que Jason Atherton abrirá en el Harrod Dining Hall bajo el nombre de Hot Dogs by Three Darlings, mientras que el Chef Isaac Bartlett-Copeland en East Susex, ya está franquiciando su marca Filthy dog.

De hecho el intento no es nuevo ya que, hace 10 años, Bubbledog abrió en Fitzrovia ,Top Dog en Soho y Dog eat Dog en Islington; incluso Brewdog se salió de los pubs para crear un concepto de perritos calientes. Suficiente “movida” para que Time Out definiera 2023 como “año del hot dog”.Sin embargo, efímera vida llega a esos intentos; puesto que salvo Bubbledogs que se basa en pop-up, los demás conceptos no levantan el vuelo. Y es que se les identifica como producto barato y sin “emociones”, al comerlo.

Atherton insistirá y quiere verlos en la ruta que tomó el burger premium para consagrarse; para ello, dispone de una oferta de 10 tipos de hot dogs con sabores más próximos al paladar británico que el de los que los comen en la costa este de EEUU, su mercado por antonomasia. El chef parte de una desigualdad grande: por cada hot dog se comen, en UK ,15 burgers premium.

Pero puede que con la ayuda de otros innovadores como Scott Collins (Meat Liquor) puedan equipararse al éxito de Harrry´s Bar en París o Walt´s Bar en Los Angeles y sigan la metodología comercial que ha hecho pasar a los tacos mex del street food a los restaurantes de carta, abandonando carritos o stations  en la calle, parques de ocio o centros deportivos.